¿Más metros o menos metros? Una nueva oportunidad en el mercado de oficinas tras la pandemia
El desconfinamiento no ha despejado la incertidumbre que mantiene paralizado el mercado inmobiliario de las oficinas a causa de la crisis del coronavirus. “Desde marzo está hibernando, no se pueden hacer cálculos de precios ni de operaciones porque está todo parado”, dice Fernando Encinar, Jefe de Estudios del portal Idealista.com.
El sector de oficinas, que ya arrastraba una tendencia a la baja en las contrataciones en los primeros meses de 2020, cerró el trimestre con una caída de la demanda de superficie para alquilar del 27% en Madrid y un 36% en Barcelona, según la consultora Savills Aguirre Neuman. Los expertos aseguran que el estallido del coronavirus provocó la paralización de buena parte de las operaciones que estaban en marcha, que quedaron aplazadas hasta que se despeje el horizonte.
La novedad, es que cuando esto suceda, el sector se encontrará con un nuevo elemento que la crisis ha traído al mercado de oficinas: el teletrabajo. “Esta es una realidad que va a permanecer, es de los pocos cambios que serán permanentes. Hemos visto que funciona y que será un complemento al trabajo presencial”, asegura Encinar.
La cuestión es si este aspecto marcará un antes y un después en el mercado. “Lo lógico es que la tendencia se pueda incorporar a la forma habitual de trabajar, pero que no sea incompatible con la presencial. Vale para las labores administrativas y para la gestión de equipos, pero la generación de nuevos negocios se hace en las oficinas. No se compra lo que no se puede tocar”, opina Raúl Vicente, Director de Agencia de Oficinas de la inmobiliaria Knight Frank.
Operaciones a la espera
Hasta la llegada del COVID, explica Vicente, las empresas estaban contratando empleados y los traslados se realizaban porque las plantillas no cabían, pero en los momentos de crisis sobran metros. Aunque en el caso actual eso puede ser diferente porque las medidas de distanciamiento social para prevenir el contagio hacen necesario aumentar los metros cuadrados para los trabajadores. “En una fila de mesas de ocho personas ahora solo pueden trabajar dos si no hay mamparas, así que incluso con gente teletrabajando el espacio actual tiene que mantenerse por lo menos hasta el otoño”, calcula.
Porque lo que parece claro es que la actividad no volverá a la normalidad en los próximos meses. Lo que sucederá, según estos expertos, es que se evitarán grandes cambios hasta que no se vislumbre el fin de la pandemia y se intentará prorrogar temporalmente contratos de alquiler ya existentes. “Las decisiones que iban a ser definitivas se quedarán en temporales y tendremos una fase de análisis de prudencia que se prolongará hasta final de año”, pronostica el jefe de Estudios de Idealista.
También desde Knight Frank comparten esta visión y consideran que “la situación económica, la tasa de paro, y la posible llegada de una vacuna” será lo que marcará el futuro del sector.
Rebajas en las rentas y cambio de zonas
La crisis del COVID provocará, según Idealista, que empresas que se habían trasladado a la periferia o a polígonos industriales por falta de espacio puedan volver al centro de las grandes ciudades. “Habrá una vuelta al centro en búsqueda de mejor localización, de calidad, de un tamaño más pequeño de los centros de trabajo. Se irá a oficinas mejor situadas en las que algunos puestos serán fijos y una parte relevante serán puestos flotantes ocupados por diferentes equipos que alternarán actividad presencial con teletrabajo”.
Desde Knight Frank creen que la tendencia también estará condicionada de forma importante por la reducción de costes. Así Raúl Vicente vaticina que habrá medidas defensivas y las empresas optarán por ir a zonas más económicas buscando edificios con mejores condiciones para sus trabajadores, aunque se pierda por el lado de la representatividad. “Cualquier empresa que esté en el barrio de Salamanca en Madrid, puede pensar en irse a un barrio más económico, siempre que tenga buena comunicación de transporte y buenos servicios”.
Lo que no llegará de momento será una caída de los precios de los alquileres, que según esta inmobiliaria no se notarán en el mercado hasta mediados de 2021. “Cuando un inquilino consulta una bajada de precio a un propietario puede llegar a un acuerdo a cambio de ampliar la duración del contrato. Pero en el caso de inmuebles vacíos los propietarios pueden preferir mantenerlos así por un tiempo antes de bajar el precio y provocar una reducción del valor del inmueble”. Por eso estiman que hará falta cerca de un año y medio para que el precio de las rentas refleje esta crisis. Si es que llega a hacerlo. “Los grandes propietarios prefieren no vender. El sector de oficinas es un activo muy defensivo, con altas rentabilidades, y existe mucho capital tratando de ser invertido”, explica Vicente.
Así que quizá cuando regresemos a nuestra oficina esta sea más pequeña, o quizá tenga mamparas entre las mesas o se haya trasladado a otro lugar. Quizá nuestra mesa ya no sea nuestra sino compartida con otros compañeros con los que no se coincidirá gracias al teletrabajo. Quizá la oficina ya no vuelva a ser lo que era. Y la culpa será del COVID-19.
Fuente: niusdiario.es