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Cinco lecciones para una estrategia de teletrabajo más inteligente

Si algo ha demostrado la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, es que el teletrabajo ha venido para quedarse: trabajar desde casa ha demostrado tener ventajas tanto para los empleados, como para las empresas.

Sin embargo y como los departamentos IT de las compañías no han tardado en experimentar, no es lo mismo facilitar el trabajo a distancia para unos pocos empleados, que hacerlo para el grueso de la plantilla…porque es en ese momento cuando comienzan a aparecer problemas de escalabilidad, seguridad de las conexiones, experiencia de usuario…

Y sí, ante el golpe que todos hemos sufrido el pasado mes de febrero, las organizaciones han hecho lo que han podido. Pero de esta experiencia, se pueden extraer valiosas lecciones. Nos lo cuentan los expertos de VMware en su whitepaper «Cinco lecciones del cambio hacia el modelo de plantilla dispersa», un documento en el que muestran qué hemos podido aprender de esta experiencia de teletrabajo casi global y cómo las empresas pueden mejorar a la hora de facilitar que sus empleados trabajen a distancia. De forma muy resumida, serían las siguientes:

No hace falta jugárselo todo a una VPN

Para las organizaciones, utilizar una red privada virtual (VPN) es una forma habitual de proporcionar a los usuarios un acceso seguro a la red corporativa. Sin embargo, la seguridad puede ser un problema importante ya que cuando una de estas conexiones se ve comprometida, el acceso a la red corporativa es ilimitado. Además, la gestión de este tipo de conexiones es compleja cuando los entornos están altamente distribuidos, por lo que la experiencia del usuario no siempre es satisfactoria.

La nube permite ampliar rápidamente la capacidad

Cuando llegó la pandemia, las organizaciones buscaban crear rápidamente entornos de escritorios y aplicaciones virtuales, o ampliar los existentes, ya que sabían que estos ofrecían una forma segura y manejable de proporcionar recursos corporativos a usuarios finales y casos de uso adicionales.

El desafío era obtener la capacidad suficiente para virtualizar cientos o miles de escritorios rápidamente.Las tecnologías de cloud computing han demostrado que cuando se requiere velocidad y agilidad, son las mejores.

Flexibilidad para respaldar todo tipo de dispositivos

A la hora de habilitar entornos de teletrabajo, es mejor contar con una estrategia que respalde fácilmente el uso de una amplia gama de dispositivos y sistemas operativos: tanto los proporcionados por la empresa, como los que pueden ser propios de los usuarios.

Esto, que puede parecer muy complejo sobre el papel, se vuelve realmente sencillo cuando se cuenta con una solución basada en escritorios y aplicaciones virtuales, capaces de adaptarse prácticamente a cualquier «elemento con pantalla» con capacidad para conectarse a la Red.

Prestar servicio a todo tipo de usuarios

Cuando la pandemia obligó a la plantilla a trabajar desde casa, algunas organizaciones tuvieron que hacer un esfuerzo para brindar a algunos grupos de usuarios los recursos que necesitaban (por ejemplo, aquellos que precisaban el uso de estaciones de alto rendimiento).

Resulta en cambio mucho más sencillo habilitar estos recursos de potencia extra a través del uso de escritorios y máquinas virtualizadas, lo que permite que incluso los usuarios que tienen necesidades más avanzadas, puedan acceder a las mismas desde equipos que no tienen por qué tener tanta potencia.

Priorizar la experiencia del usuario

Como hemos visto, el apostar exclusivamente por redes VPN puede penalizar la experiencia del usuario, que puede encontrarse con conexiones lentas, tiempos de respuesta de las aplicaciones eterna y en general no poder ser tan productivo en casa como lo era en la empresa.

Un enfoque que apueste por los escritorios virtualizados y como nos cuenta VMware, que cuente con la tecnología adecuada, puede cambiar todo eso, ofreciendo a los usuarios una forma de trabajar completamente transparente.

Fuente: MCPRO