Así serán las oficinas tras el covid-19: más reducidas, tecnológicas y mejor ubicadas
El coronavirus ha cambiado la forma de trabajar y también los espacios de trabajo. La transformación acelerada y obligada de las oficinas -que comenzó tras el confinamiento- se basa principalmente en las nuevas medidas de seguridad y también en el auge del teletrabajo. Esta modalidad de empleo permitirá reducir el espacio de los inmuebles, y en consecuencia, también podría supone un importante ahorro de costes para la empresa.
Uno de los últimos análisis elaborados por la consultora inmobiliaria Laborde Marcet cifra la reducción de los espacios de oficinas en un 30% de media. «Se estima que las empresas recortarán alrededor de un 30% la superficie de sus oficinas por la implantación del teletrabajo en un porcentaje notable de su plantilla, lo que permite optimizar recursos y ahorrar costes fijos», dice uno de sus estudios. El texto explica que tras la pandemia, la ubicación se ha convertido en un elemento más importante. Ahora, las zonas céntricas de las ciudades se imponen sobre las zonas más alejadas de los núcleos urbanos.
En cuanto al interior de las oficinas, diversos estudios coinciden en que se impondrán los espacios semiabiertos que garanticen la salubridad y las distancias de seguridad interpersonal. Para ello, podrían utilizarse elementos de separación como mamparas transparentes de metacrilato. Las zonas comunes no están llamadas a desaparecer, pero también incluirían elementos de separación.
En este proceso de cambio gana peso el llamado sistema de ‘hot desking’. Se trata de un modelo para organizar el trabajo en la oficina que consiste en que diversos empleados utilizan el mismo espacio físico de trabajo, que tendrá que estar constantemente desinfectado.
«Nunca va a ser necesaria una mesa de trabajo para todos los empleados de la plantilla al mismo tiempo: ciertas personas estarán rotando por las salas de reunión, trabajando desde sus casas, viajando por trabajo, en una reunión externa o tendrán diferentes horarios laborales de entrada y salida. Se trata de un sistema todavía minoritario -tan solo el 17% de las empresas ha incorporado el concepto de hot desking en el diseño de sus oficinas-, pero se considera que este tipo de organización experimentará un aumento en los próximos años tras la estandarización de los modelos flexibles de trabajo”, dicen los expertos de la consultora Robert Walters.
El coronavirus ha cambiado la forma de trabajar y también los espacios de trabajo. La transformación acelerada y obligada de las oficinas -que comenzó tras el confinamiento- se basa principalmente en las nuevas medidas de seguridad y también en el auge del teletrabajo. Esta modalidad de empleo permitirá reducir el espacio de los inmuebles, y en consecuencia, también podría supone un importante ahorro de costes para la empresa.
Uno de los últimos análisis elaborados por la consultora inmobiliaria Laborde Marcet cifra la reducción de los espacios de oficinas en un 30% de media. «Se estima que las empresas recortarán alrededor de un 30% la superficie de sus oficinas por la implantación del teletrabajo en un porcentaje notable de su plantilla, lo que permite optimizar recursos y ahorrar costes fijos», dice uno de sus estudios. El texto explica que tras la pandemia, la ubicación se ha convertido en un elemento más importante. Ahora, las zonas céntricas de las ciudades se imponen sobre las zonas más alejadas de los núcleos urbanos.
En cuanto al interior de las oficinas, diversos estudios coinciden en que se impondrán los espacios semiabiertos que garanticen la salubridad y las distancias de seguridad interpersonal. Para ello, podrían utilizarse elementos de separación como mamparas transparentes de metacrilato. Las zonas comunes no están llamadas a desaparecer, pero también incluirían elementos de separación.
En este proceso de cambio gana peso el llamado sistema de ‘hot desking’. Se trata de un modelo para organizar el trabajo en la oficina que consiste en que diversos empleados utilizan el mismo espacio físico de trabajo, que tendrá que estar constantemente desinfectado.
«Nunca va a ser necesaria una mesa de trabajo para todos los empleados de la plantilla al mismo tiempo: ciertas personas estarán rotando por las salas de reunión, trabajando desde sus casas, viajando por trabajo, en una reunión externa o tendrán diferentes horarios laborales de entrada y salida. Se trata de un sistema todavía minoritario -tan solo el 17% de las empresas ha incorporado el concepto de hot desking en el diseño de sus oficinas-, pero se considera que este tipo de organización experimentará un aumento en los próximos años tras la estandarización de los modelos flexibles de trabajo”, dicen los expertos de la consultora Robert Walters.
La tecnología también será fundamental en ese proceso de cambio. Lo será en dos vertientes: para desempeñar el trabajo y también para garantizar que las oficinas sean espacios seguros y libres de virus. Para ello, se instalarán cámaras termográficas para medir la temperatura corporal o sistemas que garanticen la distancia interpersonal.
Los precios resisten
A pesar de la caída de la demanda y del retroceso de la inversión, por el momento, el precio de los alquileres de oficinas no están experimentando cambios significativos en las grandes ciudades. Sin embargo, el consenso de expertos sí que da por hecho el ajuste se producirá a lo largo del año y dependerá -en gran medida- de cómo evolucione la crisis económica. Los pronósticos menos optimistas cifran la bajada de los precios de los alquileres hasta en un 20%.
La valoración de las oficinas baja un 3,85%
La crisis del coronavirus y el consiguiente auge del teletrabajo ha provocado que la valoración de las oficinas haya bajado un 2,78% durante el primer trimestre del año, según el último Índice CBRE. La consultora inmobiliaria constata que las oficinas, junto con los inmuebles ‘retail’, son los activos más golpeados por la crisis.
Ese castigo se ejemplifica en las socimis de oficinas, como el Grupo Colonial, que en sus últimos resultados reconocía unas pérdidas de 26 millones de euros en el primer trimestre del año, tras depreciarse sus activos un 0,3%, hasta los 12.164 millones de euros, principalmente castigado por las plazas de Madrid y Barcelona.
Fuente: Okdiario